¿Logrará Apple inventar
productos tan revolucionarios como el iPod, el iPhone o el iPad sin
Steve Jobs? “La gente a la que le gusta la alta tecnología y la
informática se dice: ’¿pero quién nos va a proteger ahora de la
mediocridad y de los productos baratos’?”, se pregunta Jean-Louis
Gassée, antiguo directivo de la empresa de la manzana que frecuentó a
Steve Jobs en los años 1980. Pero el gabinete Gartner es mucho más
optimista. “Pienso que Apple va a salir airoso”, estima el analista Van
Baker. “Es cierto que marca el fin de una era, pero no hay que olvidar
que Apple es mucho más que una persona”, dice su colega Michael
Gartenberg.
Es también la opinión de Frédéric Filloux, autor de
Monday Note, una publicación especializada sobre el sector de las nuevas
tecnologías y los medios de comunicación. “No pienso que sea una
catástrofe, ha tenido mucho tiempo para preparar su sucesión e instalar
una cultura de empresa y una organización interna, con personas de
confianza que la van a perpetuar”, piensa al recordar que los primeros
problemas de salud de Jobs remontan a 2004. “Es cierto que Steve Jobs
era el gran visionario, pero también lo ha sabido inculcar a la gente”,
agrega.
Sobre todo, porque el cofundador de Apple “está
preocupado por el futuro de la empresa”, lo que le ha llevado a crear
una “especie de organización militar que tiende casi a la dictadura
donde de arriba abajo se aplican las reglas del secreto al tiempo que se
focalizan en un producto”, explicó. “Apple se concentra en líneas de
productos que son lo más simples posibles, de ahí su eficacia”, señala
Filloux. Esto les ha permitido conquistar “una parte de mercado
fenomenal con un solo modelo de teléfono, iPhone”.
“Desde que
asumió las riendas en 1997, Jobs ha querido forjar esta cultura que
desde mi punto de vista es inalterable, esto no se va a perder en dos
años”, agrega Filloux. Para asegurar el relevo, está por un lado “el
heredero” Tim Cook, que “es menos carismático que Steve Jobs, pero
increíblemente fuerte” y un equipo responsable de diseño de alto nivel,
bajo la batuta de Jonathan Ive. A esto se suma que la “empresa está en
buenas manos": “los directores, que llevan un tiempo, tienen unos
cincuenta años y están dedicados a su tarea. Casi no hay cambios”, según
el experto.
Desde el punto de vista de la imagen, la marcha de
Steve Jobs deja a Apple huérfano, dice por su parte Olivier Bomsel, de
ParisTech.
“En el registro de la alta tecnología, Apple es el
equivalente a una gran casa de costura”, dice. “Está bastante claro que
Jobs se va a morir. Y es que Steve Jobs es Apple, una especie de
estrella del rock o un creador de moda. Estamos en el mismo caso que
Dior después de la muerte de Christian Dior o de Chanel después de la
muerte de Coco Chanel”, según Bomsel. “En la música, por ejemplo, logró
hacer de iPod el emblema de la experiencia musical del consumidor cuando
antes estaba U2 o los Stones. ¿Quién va a personificar a partir de
ahora la experiencia de Apple?, se pregunta.
http://www.abc.com.py/nota/que-sera-de-apple-sin-steve-jobs/
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