jueves, 11 de febrero de 2010

The Snack Culture

En la cultura occidental un snack se denomina a aquellos alimentos no principales que se utilizan para satisfacer el hambre temporalmente; el conocido aperitivo o picada.

Por medio de analogías, se usa hoy el término acuñado por la revista norteamericana Wired “Snack Culture”, definiendo asi la cultura actual de consumir un “aperitivo” de producto para lograr la satisfacción rápidamente; ya no hay tiempo de espera, debemos vivir el ya, el ahora.

Concepto más que significativo, porque no solo moldea los hábitos de consumo actuales, sino el modo de vivir del consumidor postmoderno. ¿O conoce alguien hoy dia que tenga paciencia con su pareja, con su Profesor o con los servicios?
La cultura snack se aplica hoy bajo dos formas: la del consumo impulsivo y la de “estilo de vida” si se quiere. La primera se usa mediante la aplicación de bajos precios o de ciclos rápidos de venta (modas).
Cuando nos referimos a la compra impulsiva, podemos hablar de la comida -como es el caso de las galletitas mini Oreo. En 1991, Nabisco sorprendió con esta gran innovación. Reducida notablemente, la Mini Oreo ofrecía una única promesa: consumo constante sin consecuencias. Cuando hablamos de ropa, mencionamos producto Swash de Procter&Gamble, el cual ofrece varios productos como spray quita arrugas o quita olor, que logran que la ropa se vea bien sin tener que acudir a un lavado (con el tiempo que ello implica). Citemos también la moda en vestimenta –el mejor ejemplo es Zara que con su just in time puede tener en 15 dias toda una nueva colección en su punto de venta. En nuestro país dos centros comerciales que ofrecen productos de la snack culture son las tiendas Plaza Ofertas y Feria Asunción.
Nos referimos también a la Cultura Snack como estilo de vida, cuando dirigimos la atención a actividades que puede realizar el consumidor para no aburrirse, por ejemplo mientras espera un turno. El Black Berry cuenta con un servicio “HotStop” que indica los bares con onda más cercanos al trabajo. Con lo que en 15 segundos (mientras se abandona la oficina) uno puede elegir a dónde ir luego del trabajo sin perder tiempo en la búsqueda; de más está aclarar que esto sucede en países con costumbres After Office. Otro ejemplo es el de utilizar el teléfono celular para averiguar on line acerca de las noticias del dia en 5 minutos mientras aguarda para pagar un servicio.
Como conclusión nos queda un nuevo concepto cultural que indica otra vez cambios significativos en el consumidor, con lo cual retroalimenta a las acciones de Marketing. Hoy contamos con un consumidor activo, que conoce productos (los llamados mavens por M.Gladwell), que compara precios on line. Este consumidor quiere todo ya, no hay tiempo que perder. Por ello obliga a todos aquellos que ofrecemos productos, a ser innovadores constantes y adaptarnos una vez más a lo que el consumidor nos pide… ¡antes que se aburra!

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